El grupo automovilísitico Stellantis solicitó al Gobierno del Reino Unido que renegocie una parte del acuerdo del Brexit, sellado en diciembre de 2020, o no podrá mantener su compromiso de fabricar vehículos eléctricos en el país.
Stellantis fabrica, entre otros, modelos de las marcas Vauxhall, Peugeot, Citroen y Fiat y se había comprometido a montar vehículos eléctricos en el Reino Unido, pero ahora admite que tiene dificultades para cumplir con las reglas comerciales establecidas en el Brexit en relación con el origen de las piezas, más concretamente sobre las baterías.
Esas normas establecen que a partir de 2024 el 45% de las partes del automóvil eléctrico debe originarse en el Reino Unido o la Unión Europea para adherirse al comercio sin aranceles.
Stellantis, que da trabajo a más de 5.000 personas en el Reino Unido, fabrica camionetas eléctricas en su instalación de Ellesmere Port, en el noroeste de Inglaterra, y Luton, a las afueras de Londres.
El grupo pidió la renegociación del acuerdo en un texto por escrito remitido a la investigación parlamentaria que indaga sobre el suministro de baterías para vehículos eléctricos.
La compañía dijo que el acuerdo supone una «amenaza para nuestro negocio de exportación» desde el Reino Unido.
Stellantis agregó que el incremento de los costes de las materias primas durante la pandemia y la crisis energética han tenido un gran impacto pues no ha podido «cumplir con estas reglas de origen». Agregó que las próximas reglas verían aranceles del 10% en el comercio con la UE y que hay riesgo de que los fabricantes no sigan invirtiendo en el país.
El grupo automovilístico dijo que habrá una «producción de baterías insuficiente» en el Reino Unido o Europa como para poder cumplir con esos objetivos del Gobierno sobre vehículos eléctricos, lo que generará «una gran desventaja competitiva».